domingo, 8 de septiembre de 2013

El papá perfecto

Esta entrada va para ti, por ser el que más lo mereces. Porque eres tú el que va conmigo en este barco y el que te comes todas mis tormentas.

Hoy me has dicho algo que tendré presente siempre en este viaje.

Normalmente cuando me ves llorar apartas la mirada, como si mis lágrimas fueran ácido corrosivo para tus ojos. Poco a poco he ido entendiendo que cada uno manejamos esta situación de una manera. Tu empezaste esta búsqueda quizás con menos ilusión, o con menos obsesión, "si llegaba, llegaba"; yo desde el primer momento me moría por comprar patucos. Tu ahogas tus pesares jugando al ordenador, mientras yo me deshago en sollozos cada vez que voy al baño y compruebo una vez más  que la cosa ha acabado. Tu tienes fe ciega en que llegará nuestro milagro y yo cada vez soy menos creyente. Pero me equivoco al pensar que estoy sola en esto porque tu concilies el sueño antes que yo cada noche, y me equivoco mucho porque nunca en mi vida te he visto tan rebosante de alegría como cuando te observaba escuchando los corazones de nuestros gemelos (ese día supe que serás el mejor padre de la tierra). Nunca imaginé que te sentiría tan cerca de mi como aquella noche que te acostaste conmigo en la cama del hospital después del legrado (creo que en esa cama, esa noche sólo había un cuerpo, el nuestro). Y aunque sean escasas, nunca he visto lágrimas tan pesadas como las que has derramado hoy cuando te he dicho lo que me gustaría estar paseando por la playa contigo y con la pancita gorda que ya tendría ahora. Sé que esto es tan difícil para ti como para mi y que no te gusta que haya perdido parte de la alegría que me caracterizaba (prometo que volverá), pero quiero que sepas que es por ti por quien cuando arranco a llorar, paro. Es por ti por quien saco fuerzas para ir a por la sexta. Eres tú el que sigue consiguiendo que caiga rendida cuando ni las pastillas para dormir lograrían que llegara el sueño. Eres tú el que me provoca la sonrisa sincera y haces que todo se olvide.

Hoy me has recordado que la primera vez que te vi, antes de que hubiéramos cruzado palabra, le dije a una amiga que TÚ serias el padre de mis hijos, 6 años después me estaba casando con el niño de rojo. TÚ serás el padre de mis hijos, porque aunque quizás ya no creo mucho en mi, sé que esa niña no se equivocó en su profecía.

Cuando has salido hoy por la puerta te has dado la vuelta un segundo y me has sonreído. Un rayo de sol ha iluminado esa preciosa cara y cuando la puerta se ha cerrado y he vuelto en mi, me he dado cuenta de lo afortunada que soy.

Esto nos hará gigantes, esto nos hará invencibles.


Te amo


http://www.boosterblog.es 

No hay comentarios:

Publicar un comentario